viernes, 30 de septiembre de 2016

Una Buena Lección

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.

Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.

El alumno dijo al profesor:

- Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.

- Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.

Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre.

Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.

Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos.

El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.

- Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda.

Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado.

- Miró la moneda, le dió vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie.

La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.

Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.

El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas.

- Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?

El joven respondió:

- Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré.

Ahora entiendo algo que antes no entendía:


ES MEJOR DAR QUE RECIBIR...

La Tienda de Dios

Hace mucho tiempo, caminando por el sendero de la vida, encontré un letrero que decía; ´LA TIENDA DEL CIELO ´.
Me acerqué y la puerta se abrió lentamente, cuando me di cuenta, yo ya estaba dentro.

Vi ángeles parados en todas partes. Uno de ellos me entrego una canasta y me dijo: `toma compra lo que quieras, de todo lo que un cristiano necesita hay en la tienda ´.

Lo que primero compre fue paciencia luego amor, que estaba en la misma fila. Mas adelante vi compresión y también la compre ademas dos cajas de sabiduría y dos bolsas de fe, me encanto el empaque del perdón .

Me detuve para comprar fuerza y coraje, esto me ayudaría mucho en esta carrera de la vida.Cuando ya tenia la canasta casi llena, recordé  que me faltaba la gracia, y que no debía olvidar la salvación, esta la ofrecían gratis.

Entonces tome una buena porción de cada una, suficiente para salvarme y para salvarte. Entonces camine hacia el cajero para la cuenta. yo tenia todo lo que un cristiano necesitaba pero iba a llegar, vi la oración y la agregue a mi canasta ya repleta.

Sabia que cuando saliera la usaría, ya la paz y la felicidad estaban en los
estantes pequeños al lado de la caja,aproveche para cogerlas. La alegría colgaba del techo, cogí un paquete para mi .

Llegué al al cajero, le pregunte:
¿CUANTO DEBO?
El sonrió y me contesto:´Lleva tu canasta donde quieras que vallas´.
si pero ....!cuanto le debo ?
el otra vez me sonrió y me dijo:´no te preocupes , Jesús pagó la deuda hace mucho tiempo por ti.


Tú puedes entrar y comprar gratis en la tienda de DIOS, solo debes recibir a jesús en tu corazón y creer en EL para la salvación de tu alma .El pagó tus cuentas ante DIOS para que tú recibas la gracia de la vida eterna.


sigue a jesús hoy y siempre .A todos los sedientos:venid a las aguas y los que no tienen dinero , venid comprad y comed, venid comprad sin dinero
y sin precio.(isaias 55:1)

Un pequeño gusanito

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes. "¿Hacia dónde te diriges?", le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó: "Tuve un sueño anoche, soñé que desde la punta de la gran montaña miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo".

Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amigo se alejaba: ¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar, y cualquier tronco una barrera infranqueable". Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.


De pronto se oyó la voz de un escarabajo: "Hacia dónde te diriges con tanto empeño?". Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante: "Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo".

El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: "Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa". El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. "¡No lo lograrás jamás!", le decían, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo, y murió.

Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos.

Aquella concha dura comenzó a quebrarse y, con asombro, vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.

Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y, si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas. Y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos.

Es buscando lo imposible como los hombres han encontrado y alcanzado lo posible, y aquellos que se limitaron a lo que visiblemente era posible, nunca dieron un paso.



Auxilio en la lluvia

Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer de edad avanzada estaba parada en el acotamiento de una autopista, tratando de soportar una fuerte tormenta. Su coche se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevaran.

Toda mojada, ella decidió detener el próximo coche.

Un joven se detuvo a ayudarla, a pesar de la fuerte lluvia.

El joven la llevó a un lugar seguro, la ayudó a obtener asistencia y la puso en un taxi. Ella parecía estar bastante apurada, así que anotó la dirección del joven, le agradeció y se fué.

Siete días pasaron, cuando tocaron la puerta de su casa. Para su sorpresa, un televisor pantalla gigante a color le fue entregado por correo a su casa. Tenía una nota especial adjunta al paquete. Esta decía:

"Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no solo mi ropa sino mi espíritu. Entonces apareció Usted. Gracias a Usted pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. DIOS lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente.

"Sinceramente, la señora de Nat King Cole"

El consejo de la historia:
¡No esperes nada a cambio cuando ayudes a otros!.

La Flor cara de lata

Había una vez una casa que tenía un jardín con muchas flores de varios colores. Al lado de ese pequeño jardín buhoneros que vendían muchos refrescos y comidas. Todas las personas que allí compraban botaban sus desechos en los alrededores sin importarles donde iban a caer.

Las flores ya muy molestas, comentaron entre ellas mismas:
- "Hay que hacer algo inmediatamente, aquí hay muchas latas",- exclamó el clavel.

La rosa comentó resignada - ¿y qué podemos hacer nosotras, si somos muy pequeñas? - Las flores ante tal pregunta, se quedaron muy tristes y pensativas.

Fue entonces cuando una flor muy contenta, pues tenía una buena noticia. Todas las flores, muy sorprendidas, le preguntaron:
- ¿Por qué estas tan alegre en medio de tanta suciedad?- La flor contestó: -"Porque de mí va a nacer una florecita"

Todas, muy contentas, dijeron: - "¡Que bueno, que bueno! Así tendremos más flores para que nos ayuden a limpiar este sucio jardín". - llegó el momento del nacimiento de la bebe flor y, todas las demás flores estaban ansiosas de conocerla. Pero sucedió algo muy extraño: la pequeña florecita había nacido con cara de lata, todas las flores al ver su rostro se pusieron muy tristes. A los pocos días, uno de los buhoneros vio una flor muy diferente a las demás, ¡Una flor con cara de lata!Pasado el asombro, llamó a todos los demás buhoneros para que vieran el fenómeno. Incluso las personas que por allí pasaban tomaban fotografías de lo que había ocurrido; demás está decir que las flores del jardín seguían muy tristes ya que cada día nacían mas flores con cara de lata.

Los buhoneros, al observar que ya no habían flores con pétalos, sino flores con cara de lata, hablaron entre sí a cerca del mal que se le había causado a la naturaleza al botar desperdicios en el jardín.

Al día siguiente, recogieron los desperdicios pero no solo de este jardín, sino todos los de la población.

A medida que se iba recogiendo la basura y los jardines iban quedando mas limpios, dejaron de nacer flores con cara de lata. Las flores del jardín volvían a nacer como rosas, margaritas, claveles y girasoles.

Sólo la primera flor mantuvo su forma, pero no le daba pena, porque las demás flores la querían y la consentían. Al verla recordaban que tenían que cuidar y mantener limpio el jardín para tener lindas flores con cara de flores.


Como Papel arrugado

Lic. Alfonso Contreras. (Venezuela)



Mi carácter impulsivo, cuando era niño me hacia reventar en cólera a la menor provocación, la mayoría de las veces después de uno de éstos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.

Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo:

- ¡Estrújalo!

Asombrado obedecí e hice con él una bolita.

- Ahora -volvió a decirme- déjalo como estaba antes.

Por supuesto que no pude dejarlo como estaba, por más que traté el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.

- El corazón de las personas -me dijo- es como ese papel... La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.

Así aprendí a ser más comprensivo y paciente. Cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado.

La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar...

Más cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras... Luego queremos enmendar el error pero ya es tarde.

Alguien dijo alguna vez Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio. Por impulso, no nos controlamos, y sin pensar, arrojamos en la cara del otro palabras llenas de odio o rencor y luego cuando pensamos en ello nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado en el otro.

Muchas personas dicen: Aunque le duela se lo voy a decir... o La verdad siempre duele... o No le gustó porque le dije la verdad...

Si sabemos que algo va a doler, a lastimar, si por un instante imaginamos cómo podríamos sentirnos nosotros si alguien nos hablara o actuará así... ¿Lo haríamos?

Otras personas dicen ser frontales y de esa forma se justifican al lastimar: Se lo dije al fin... o ¿Para qué le voy a mentir...? o Yo siempre digo la verdad aunque duela...

Qué distinto sería todo si pensáramos antes de actuar, si frente a nosotros estuviéramos sólo nosotros y todo lo que sale de nosotros lo recibiéramos nosotros mismos. ¿No?

Entonces sí nos esforzaríamos por dar lo mejor y por analizar la calidad de lo que vamos a entregar.

¡Aprendamos a ser comprensivos y pacientes!

¡Pensemos antes de hablar y de actuar!

Desde hoy, se más compresivo y más paciente, pero en especial aprende a dejar el orgullo a un lado y haz como haría un valiente, Pide perdón y reconoce tu error.

Cuando sientas ganas de estallar recuerda “El papel arrugado”.


Proverbios 12:18 “Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina.”
Proverbios 19:11 “La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.”
Proverbios 15:1 “La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.”
Proverbios 10:14 “Los sabios guardan la sabiduría: Mas la boca del loco es calamidad cercana




Reflexionemos:

Esta historia pone de manifestación la importancia de controlar la ira, saber gestionar nuestras emociones y expresar nuestro desacuerdo y enfado con asertividad.

No se trata de no enfadarse: sino de saber gestionarlo, y de saber expresar nuestro malestar, disconformidad o enfado sin atacar al otro, siempre desde el respeto, no recurrir nunca a la violencia pues es dañino tanto para los demás como para nosotros mismos. Es importante saber gestionar las frustaciones o nuestro enfado sin perder los papeles. Ser sincero o expresar nuestras emociones no justifica hacerlo de cualquier modo, es importante fomentar la paciencia, control de nuestras emociones y comunicación asertiva con los demás. El respeto ha de ser un valor fundamental en nuestra vida: gracias al respeto nos evitaremos ir por la vida arrugando papeles.

El Pescador y del Pez dorado

Erase una vez un pescador anciano que vivía con su también anciana esposa en una triste y pobre cabaña junto al mar. Durante treinta y tres años el anciano se dedicó a pescar con una red y su mujer hilaba y tejía. Eran muy pero que muy pobres.

Un día, se fue a pescar y volvió con la red llena de barro y algas.

La siguiente vez, su red se llenó de hierbas del mar. Pero la tercera vez pescó un pequeño pececito.

Pero no era un pececito normal, era dorado. De repente, el pez le dijo con voz humana:

-Anciano, devuélveme al mar, te daré lo que tú desees por caro que sea.

Asombrado, el pescador se asustó. En sus treinta y tres años de pescador, nunca un pez le había hablado. Entonces le dijo con voz cariñosa:

-¡Dios esté contigo, pececito dorado! Tus riquezas no me hacen falta, vuelve a tu mar azul y pasea libremente por la inmensidad.

Cuando volvió a casa, le contó a la anciana el milagro: que había pescado un pez dorado que hablaba y que le había ofrecido riquezas a cambio de su libertad. Pero que no fue capaz de pedirle nada y lo devolvió al mar. La anciana se enfadó y le dijo:

-¡Estás loco! ¡Desgraciado! ¿No supiste qué pedirle al pescado? ¡Dale este balde para lavar la ropa, está roto!

Así, se volvió al mar y miró. El mar estaba tranquilo aunque las pequeñas olas jugueteaban. Empezó a llamar al pez que nadó hasta su lado y con mucho respeto le dijo:

-¿Qué quieres, anciano?

-Su majestad pez, mi anciana mujer me ha regañado. No me da descanso. Ella necesita un nuevo balde porque el nuestro está roto.

El pez dorado contestó:

-No te preocupes, ve con Dios, tendrás un balde nuevo.

Volvió el pescador con su mujer y ella le gritó:

-¡Loco, desgraciado! ¡Pediste, tonto, un balde! Del balde no se puede sacar ningún beneficio. Regresa, tonto, pídele al pez una isba.

Así volvió el viejo al mar y este estaba revuelto. Llamó de nuevo al pez y este le preguntó:

-¿Qué quieres, anciano?

-Su majestad pez, mi anciana mujer me ha regañado aún más. No me da descanso. La anciana amargada pide una isba.

El pez dorado contestó:

-No te preocupes, ve con Dios, tendrás una isba.

Cuando volvió, se encontró a la anciana sentada en una piedra y, a sus espaldas, había una maravillosa isba con chimenea de ladrillo y un gran portón.

No quedaba rastro de la cabaña de madera.

-¡Estás loco! Desgraciado! -volvió a gritarle la anciana-. No quiero vivir como una pobre campesina, quiero ser una burguesa.

De nuevo, volvió al mar a buscar al pez. El mar no estaba en absoluto tranquilo. Llamó al pez y este le dijo:

-¿Qué quieres, anciano?

-Su majestad pez, mi anciana mujer me ha regañado nuevamente. No me da descanso. Ella quiere dejar de ser campesina, quiere ser burguesa.

-No te preocupes, anciano. Ve con Dios.

Cuando volvió, vio a su esposa ataviada con ropas caras, un collar de perlas, botas rojas y una corona. Tenía criados a los que azotaba continuamente.

El viejo le dijo:

-¡Buenos días, noble señora! ¡Estarás ahora contenta!

Pero ella ni lo miró y lo hizo llevar a las cuadras.

Volvió a obligarle a ir al mar por la fuerza. Incluso llegó a pegarle en la cara.

Ya no quería ser burguesa y le dijo que le pidiera al pescado que la convirtiera en zarina. Eso hizo el anciano. Volvió al mar, que estaba de color negro y agitado y le pidió al pez lo que su anciana mujer le había solicitado.

Cuando volvió a la aldea, su mujer estaba sentada en una gran mesa llena de manjares y servida por infinidad de criados. Detrás había soldados con hachas que vigilaban su seguridad. El viejo hizo una reverencia y le dijo:

-¡Buenas, su alteza zarina! -y ella lo hizo sacar de allí a palos y casi le dan con las hachas.

Esa semana la anciana lo hizo llamar de nuevo. Le dijo que quería ser la dueña del mar y poseer incluso al pez mágico. Lo mandó de vuelta al mar para que cumpliera con sus deseos.

El anciano le dijo al pez que su mujer quería ser la dueña de todo, vivir en el mar y por supuesto, poseerlo a él. El mar estaba absolutamente revuelto. Había una tormenta con olas tremendamente grandes y daba miedo acercarse.

El pez le salpicó con la cola y no dijo nada.

De repente, el anciano se encontró en su barca pescando con su vieja red. En la orilla, su anciana y amargada mujer estaba sentada frente a la casucha en la que habían vivido siempre.

A sus pies, estaba el balde roto.

Una Gran Lección

Daniel era un niño, que desde los 4 años de edad mostraba una inclinación natural al estudio y la responsabilidad. Le gustaba levantarse muy temprano para ir al colegio con sus hermanos mayores. En clases, Daniel era uno de los primeros alumnos en levantar la mano cuando su profesora hacía preguntas, lo que provocaba algunos celos de sus compañeros que no se esforzaban por estudiar más. Una mañana la profesora Laura notó que Daniel no salía a jugar como los demás niños a la hora de recreo y eso le pareció raro. La profesora Laura dijo: Daniel, todos los niños salen a jugar y nadie debe quedarse en el salón de clases, es importante cambiar de actividades para que puedan rendir más en los estudios en las siguientes horas.

Casi renegando dijo el pequeño estudioso: “Está bien profesora”. Al salir se quedó en un rincón mirando a los niños como jugaban unos a hacer carreras y otros jugando con la pelota. Nada le llamaba la atención. “¿Qué te sucede niño?, ¿no te gusta jugar?”, dijo la directora que pasaba por allí y que era su vecina también. “No sé”, dijo Daniel, sólo quiero estudiar. Por la tarde la directora del colegio antes de ir a su casa habló con la mamá del niño y le contó lo sucedido. Esa noche antes de dormir, la mamá se enteró que su hijo no jugaba con sus compañeros porque ellos no lo dejaban estar en el grupo; lo ignoraban y maltrataban solo por ser muy aplicado.

“Con razón”, dijo la directora cuando la mamá de Daniel se lo contó. Al día siguiente, la profesora que estaba enterada de todo, hizo una reunión en el salón de clases y les contó una historia que provocó una gran reflexión en todos los niños. Al final, la profesora Laura dijo: “Y recuerden, no debemos hacerle a nadie, lo que no queremos que nos hagan a nosotros“. Entonces estas últimas palabras de la profesora hizo que los niños empezaran a sentirse mal porque habían tratado a Daniel de una forma en la que no les gustaría a ellos ser tratados. Por eso desde ese día tratan muy bien a Daniel, como a ellos les gustaría ser tratados.



Reflexionemos:
Debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros. Los niños pueden muy crueles sin saberlo pues ellos lo pueden ver como un juego. Es responsabilidad de los padres y profesores, hacerles entender de manera correcta (con un cuento por ejemplo) sobre lo que está bien y lo que está mal.

El saco de plumas

Había una vez un hombre que calumnió a un amigo suyo; el motivo fue la envidia que sentía al ver el éxito que aquél había alcanzado en su vida.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo.

Visitó entonces a un hombre muy sabio a quien le dijo:

“Quiero arreglar todo el mal que le hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?”.

A lo que el sabio respondió:

“Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y sueltalas una a una por donde vayas”.

El hombre, muy contento por aquel pedido tan fácil, tomó el saco lleno de plumas y partió.

Al cabo de un día ya las había soltado a todas; por lo que volvió a visitar al sabio y le dijo:

“Ya he terminado”.

El sabio contestó:

“Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste… Sal a la calle y búscalas”.

El hombre se sintió muy triste y angustiado, pues sabía lo que eso significaba, sabía que no podría juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo:

“Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que ya hiciste. Simplemente piénsalo dos veces la próxima vez que hagas comentarios sobre otra persona”.

Los clavos en la puerta

Ésta es la historia de un niño que, todos los días, se peleaba con su hermano, con sus padres, compañeros del colegio, etc …

Una tarde, su padre le entregó un paquete. El niño muy curisoso lo desenvolvió rápidamente y se sorprendió muchísimo al ver ese extraño regalo: era una caja de clavos.

El padre lo miró muy fijo y le dijo:


“Hijo mío, te voy a dar un consejo: cada vez que pierdas el control, cada vez que contestes mal a alguien y discutas, clava un clavo en la puerta de tu habitación

El primer día, el niño clavó 37 clavos en la puerta.

Con el paso del tiempo, el niño fue aprendiendo a controlar su rabia, por ende, la cantidad de clavos comenzó a desminuir. Descubrió que eras más fácil controlar su temperamento que clavar los clavos en la puerta.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió los estribos.

Su padre orgulloso, le sugirió que por cada día que se pudiera controlar, sacase un clavo. Los días transcurrieron y el niño logró quitarlos todos.

Conmovido por ello, el padre tomó a su hijo de la mano y lo llevó hasta la puerta, y con suma tranquilidad le dijo:


“Haz hecho bien, hijo mio, pero mira los agujeros… la puerta nunca volverá a ser la misma. Cuando dices cosas con rabia, dejan una cicatriz igual que ésta. Le puedes clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo. Pero no importa cuántas veces le pidas perdón, la herida siempre seguirá ahí. Una herida verbal es tan dañina como una física. Recuerda que los amigos son joyas muy escasas, consérvalos, cuídalos, ámalos, pero no los lastimes, hay daños que son irreversibles y no hay perdón que los sane”

El niño comprendió la enseñanza de su padre y la agradeció profundamente; se dio cuenta de que al enojarse no sólo causaba daño a los demás, sino que también se daña a sí mismo. A partir de ese momento jamás volvió a tener que controlar su ira, porque decidió actuar siempre guiado por el amor

Y tú, ¿cuantos clavos y/o agujeros tienes en tu puerta?

El buen hombre y su hijo

Hace muchos años, en un pueblo lejano, un campesino que tenía un hijo, decidió que debía vender su burro en un mercado para tener algo más de dinero.
Un día se levantó temprano, le pidió a su hijo acompañarle y ambos se pusieron en marcha.
Al verlos un vecino, media hora más tarde, se echó a reír y le dijo al campesino:
- Pero hombre, ¿cómo teniendo un burro tan lozano dejas que tu hijo haga el camino a pie? ja,ja,ja... ¡pero que bobo eres, vecino!
Padre e hijo se miraron y tras reflexionar un instante el campesino se dio cuenta que su vecino tenía razón. Montó a su hijo en el burro y continuó caminando.
Al rato se cruzó con ellos un viajero que les saludó cortésmente.
- ¡Muchacho! -le dijo al niño-, pareces fuerte y eres joven, ¿cómo vas ahí sentado dejando que tu pobre padre haga el camino a pie?
Dicho lo cual prosiguió su viaje. Padre e hijo se miraron de nuevo y decidieron que el viajero tenía razón, así que intercambiaron los lugares, dándose cuenta el padre de que agradecía el cambio.

Pero un poco más adelante se encontraron con una lavandera:
- ¡Pero mira que son bobos! -exclamó la mujer-, con un burro tan fuerte y no se dan cuenta que los dos pueden ir montados, jajajajja...
De nuevo padre e hijo se miraron y se dieron cuenta que la mujer tenía razón, con lo cuál el hijo subió también a lomos del burro.

Llegando la hora del mediodía, cuando el sol calentaba fuerte el camino, el campesino y su hijo se encontraron con un párroco.
- ¡Ay, cielo santo! -dijo el sacerdote-, ¡¿habrase visto modo semejante de castigar a un pobre animal?! Tanto usted como su hijo gozan de una salud envidiable. ¿Por qué van subidos a lomos de ese pobre burrito en un día tan caluroso? ¿es que quieren reventarlo?

El cura continuó su camino y padre e hijo se miraron de nuevo, apeándose del burro tras meditarlo despacio. Continuaron el camino a pie, tal como lo habían comenzado, haciendo oídos sordos a los comentarios de todos los que se encontraban.

Al llegar al mercado, el padre se agachó junto a su hijo y le dijo:
- ¿Has visto hijo mío? Cada persona que nos hemos encontrando en el camino nos ha dado un consejo sobre como debíamos hacer el viaje. Y cada vez nos ha parecido que llevaban razón... y así era, en cierto modo. Pero la razón de uno la criticaba el siguiente y la de éste era de nuevo criticada por otro. Y así pasa siempre en esta vida. Por eso, hijo mío, hemos de aprender una cosa de esta jornada: has de hacer siempre aquello que tú consideres correcto y no dejarte llevar por lo que los demás te digan, pues solamente tú eres responsable de tus actos y solo debes responder de ellos ante tu conciencia.

Yo tuve la mamá mas mala del mundo

Mientras otros niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y pan tostado.
Cuando los demás tomaban refresco gaseoso y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer un sándwich y un licuado.
Mi madre siempre insistía en saber en dónde estábamos.
También tenía que saber quiénes eran nuestros amigos y lo que estábamos haciendo.
Insistía en que: si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardáramos "una hora".

Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de menores, hizo que laváramos trastos, tendiéramos camas, que aprendiéramos a cocinar, a planchar y muchas cosas igualmente crueles.
Hasta creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer.

Siempre insistía que dijéramos la verdad.

Y cuando llegamos a la adolescencia nuestra vida se volvió aún más miserable.

Nadie podía tocar el claxon para que saliéramos corriendo. nos avergonzaba hasta el extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar por nosotros.

Mi madre fue un completo fracaso. ninguno de nosotros ha sido arrestado, cada uno de mis hermanos ha servido en una misión y también en nuestro país.
Y.. ¿a quién debemos culpar?

Tienes razón, ¡a nuestra madre!

Vean de todo lo que nos hemos perdido:
Nunca hemos podido participar en una manifestación. en actos violentos y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos. ello nos hizo convertirnos en adultos educados y honestos, trabajadores, responsables.

Y ¿saben algo? tomando esa referencia. yo estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera.
Y le doy gracias a dios por haberme dado la "mamá más mala del mundo".

Vístete de Rojo

En mi dura profesión como educadora y asistenta medica,
he trabajado con numerosos niños
infectados con el virus que causa el SIDA,
las relaciones que he tenido con estos niños especiales,
han sido grandes regalos para,
me han enseñado muchas cosas,
pero en especial he
aprendido que podemos encontrar un gran valor

en los mas pequeños.

Permítanme que les hable de Miguel Ángel,
Miguel Ángel nació con el virus del VIH,
su madre también estaba infectada,
desde el inicio de su vida dependía de los medicamentos
que le permitían sobrevivir,
cuando tenia 5 años le insertaron quirúrgicamente
un tubo en una vena del pecho, este tubo
estaba conectado con una bomba que él
llevaba en una pequeña mochila en la
espalda los medicamentos estaban conectados
a esta bomba y se administraban continuamente
por su corriente sanguínea por medio del tubo;
en ocasiones también necesitaba oxigeno extra
para ayudarse a respirar; Miguel Ángel no deseaba
ceder un solo momento de su infancia a esta
enfermedad mortal; no resultaba extraño encontrarlo
jugando y corriendo en su patio trasero llevando
puesta la mochila cargada de medicamentos y
arrastrando su tanque de oxigeno detrás de él
en un carrito pequeño.

Todos los que conocíamos a Miguel Ángel nos
maravillábamos con su alegría pura por
estar vivo y por la energía que esta le
proporcionaba; la mama de Miguel Ángel con
frecuencia bromeaba con él diciendo que se
movía con tanta rapidez que ella necesitaba
vestirlo de rojo, de esa manera cuando se asomara
por la ventana para vigilarlo mientras jugaba en el
patio podría verlo de inmediato.

Esta terrible enfermedad el fin le puso a una personita
llena de energía como Miguel Ángel, enfermo mas y
mas y por desgracia su madre también; cuando fue
notorio que el no sobreviviría la mama de Miguel Ángel
le hablo sobre la muerte lo con solo diciéndole que
ella también moriría y que pronto estaría con él en el cielo.
Unos días antes de su muerte Miguel Ángel me
llamo junto a su cama en el hospital y me dijo
pronto moriré no tengo miedo, pero cuando muera
por favor vísteme de rojo, mamá prometió que
pronto ira también al cielo, estaré jugando cuando
ella llegue allí y deseo asegurarme de que
pueda encontrarme rápidamente.

Una estrella en el horizonte

Resultado de imagen para una estrella en el horizonteExistían millones de estrellas en el cielo, estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas, azules. Un día, inquietas, ellas se acercaron a Dios y le propusieron:

- Señor, nos gustaría vivir en la Tierra, convivir con las personas.
- Así se hará , respondió el Señor. Las conservaré a todas ustedes pequeñitas, tal como se ven de lejos, para que puedan bajar a la Tierra.

Se cuenta que en aquella noche hubo una fantástica lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los juguetes de los niños. La Tierra quedó, entonces, maravillosamente iluminada. Pero con el correr del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los hombres y volver al cielo, dejando a la tierra oscura y triste.
- ¿ Por qué volvieron ? - preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo.
- Señor, nos fue imposible permanecer en la Tierra, existe allí mucha miseria, mucha violencia, hay demasiadas injusticias. El Señor les contestó: - ¡ Claro ! Ustedes pertenecen aquí, al Cielo. La tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere. Nada es perfecto. El Cielo es el lugar de lo inmutable, de lo eterno, de la perfección.

Después de que habían llegado gran cantidad de estrellas, Dios verificó la cantidad y habló de nuevo: - Nos está faltando una estrella, ¿dónde estará? Un ángel que estaba cerca replicó: - Hay una estrella que resolvió quedarse entre los hombres. Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde hay límites, donde las cosas no van bien, donde hay dolor.

- ¿ Qué estrella es esa ? - volvió a preguntar.
- Es la Esperanza, Señor, la estrella verde. La única estrella de ese color.

Y cuando miraron para la tierra, la estrella no estaba sola: la Tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella verde en el corazón de cada persona. Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no necesita retener es la Esperanza. Dios ya conoce
el futuro y la Esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe cómo puede conocer el porvenir.

Recibe en este momento esta Estrellita Verde en tu corazón, la Esperanza. No dejes que ella huya y no permitas que se aparte. Ten certeza que ella iluminará tu camino, sé siempre positivo y agradece todo a Dios. Se siempre feliz y contagia a otras personas tu felicidad.

Mi papá es el piloto




Un niño muy educado y formal subió a un avión, buscó su asiento y se sentó. El niño abrió su cuaderno de pintar y empezó a colorearlo. No presentaba rasgos de ansiedad ni nerviosismo al despegar el avión.

Durante un buen rato, hubo tormenta y mucha turbulencia. En un determinado momento hubo una sacudida fuerte, y todos se pusieron muy nerviosos, pero el niño mantuvo su calma y serenidad en todo momento.

¿Cómo lo hacia?, ¿Por qué estaba tan calmado? Una mujer frenética le preguntó:
Niño: ¿no tienes miedo?

No señora-, contestó el niño y mirando su cuaderno de pintar le dijo: "Mi padre es el piloto".

¿Sorprendido? Hay tiempos en nuestra vida en los que los sucesos nos sacuden un poco y nos encontramos en turbulencia. No vemos terreno sólido y nuestros pies no pisan lugar seguro. No tenemos donde agarrarnos y no nos sentimos seguros. Pero recuerden que nuestro amantísimo Padre Celestial es nuestro piloto. A pesar de las circunstancias, nuestras vidas están puestas en el creador del cielo y la tierra. Y la próxima vez que llegue una tormenta a tu vida o si en este momento estás pasando por una, alza tu mirada al cielo, siéntete confiado y di para ti mismo: 

¡Mi Padre es el piloto!

El náufrago

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.

Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias.

Un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, regresó a casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido... lo había perdido todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia.

"Dios: cómo me pudiste hacer esto a mi!" se lamentó.

Temprano al día siguiente, sin embargo, fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Había venido a rescatarlo.

¿Cómo supieron que estaba aquí?, preguntó el cansado hombre a sus salvadores.

"Vimos su señal de humo", contestaron ellos.

Es fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Pero no debemos desanimarnos, porque Dios trabaja en nuestras vidas, aún en medio del dolor, la incertidumbre y el sufrimiento.

¡Ten fe! Dios está contigo y te ayudará a salir adelante.


lunes, 12 de septiembre de 2016

Cuando me dejo


Hoy, en un ómnibus,
ví una chica con cabello dorado
y deseé ser tan rubia como ella.
Cuando de pronto se levantó para irse
ví que cojeaba por el pasillo,
Tenía una sola pierna y usaba muleta
Pero cuando pasó, sonreía.


Oh, Dios, perdóname cuando me quejo,
Tengo dos piernas, el mundo es mío.
Me detuve para comprar caramelos,
El muchacho que los vendía era tan encantador,
Conversé con él, parecía tan contento,
Si llegaba tarde no me preocupaba.

Y mientras me iba, dijo
"Gracias, has sido tan amable,
Es lindo conversar con gente como tú, sabes, soy ciego".
Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.
Tengo dos ojos, el mundo es mío.
Más tarde, cuando iba caminando por la calle
Vi un chico de ojos azules,
Se paró y miraba a otros jugar,
No sabía qué hacer.

Me detuve un momento y luego dije:
"¿Por qué no te unes a los otros, querido?"
Siguió mirando hacia delante sin decir ni una palabra.
Entonces me dí cuenta que no podía oír.
Oh, Dios, perdóname cuando me quejo
Tengo dos oídos, el mundo es mío.

Con pies que me llevan a donde quiero ir.
Con ojos para ver el brillo del sol.
Con oídos para oír lo que sé.
Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.

En verdad he sido bendecido, el mundo es mío.


¡¡¡¡ Este poema es sólo para recordar lo mucho que tenemos que agradecer !!!!


Da lo mejor al mundo y lo mejor volverá a ti.


Tu amigo: Jesús



Estimado Amigo: 

¡Hola!, ¿Cómo estás? He sentido un deseo muy grande de escribirte esta carta para decirte cuanto te quiero y cuanto me preocupo por ti. 

Te vi ayer cuando estabas platicando con tus amigos, esperé todo el día con la esperanza de que quisieras platicar conmigo también. 

Al caer la tarde te mandé una hermosa puesta del sol para terminar tu día, ¿la viste?, y una fresca brisa para que descansaras... Y esperé, y esperé mucho, pero tú nunca venistes con tu mente hacia mí. Quiero ser sincero, eso me dolió mucho. Pero te sigo queriendo porque soy tu amigo.

Te vi quedarte dormido anoche, y tenía tantos deseos de acariciar tu frente, así que derramé rayos de luna sobre tu almohada y sobre tu rostro. Esperé con ansias tu despertar para ver si querías decirme algo, hay tantas cosas que pudiéramos compartir. Pero despertaste tarde, y te fuiste de prisa a tus ocupaciones. Una vez más me sentí apenado.

Hoy te veo tan triste, tan solo... la sonrisa con la que engañas a los demás conmigo no funciona. Yo te conozco y te comprendo, y sufro contigo. Se que hay gente que te hace sufrir, con su agresividad o con su desprecio. A mí también muy seguido me fallan mis amigos. Tú mismo me fallas, pero a pesar de eso yo te quiero. Si quisieras me oirías. TE QUIERO, trato de decírtelo en lo azul del cielo y en el suave verde del pasto; te lo murmuro en las hojas de los árboles y en los colores de las flores. Te lo grito en el rugido de las olas, y te lo canto suavemente en los trinos de los pájaros, los cuales cantan las canciones de amor que quiero cantarte a ti. Te envuelvo con el calor del sol y el perfume del aire, con los aromas todos de la naturaleza.

Mi amor por ti es más profundo que los océanos, y más grande que la necesidad o carencia más grande que puedas pensar. Si supieras cuanto deseo caminar y platicar contigo. Podríamos pasarnos una eternidad juntos en el cielo.

Yo sé lo difícil que es todo en la tierra. Yo lo experimenté cuando viví con ustedes. Todo lo que pases, yo también lo pasé, menos el faltarle o desobedecerle a mi Padre. Sabes, quisiera presentarte a mi Padre. El también te quiere ayudar. Así es El, no tienes más que llamarle.

Bueno, no quiero insistirte más para no serte molesto. Eres libre para preferirme o rechazarme. La decisión es tuya. Yo ya he decidido, y te he escogido a ti como amigo. Yo estoy a la puerta de tu corazón, y aquí me quedaré hasta que decidas abrirme. Esperaré, porque te quiero.


Tu amigo:


Jesús


El Padre Nuestro de Dios


«Hijo mío que estás en la tierra,
preocupado, solitario, tentado,
yo conozco perfectamente tu nombre
y lo pronuncio como santificándolo,
porque te amo.

No, no estás solo, sino habitado por Mí,
y juntos construimos este reino
del que tú vas a ser el heredero.

Me gusta que hagas mi voluntad
porque mi voluntad es que tú seas feliz
ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.

Cuenta siempre conmigo
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes,
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.

Sabes que perdono todas tus ofensas
antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.

Para que nunca caigas en la tentación
cógete fuerte de mi mano

y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío".

Carta de Jesús


Querido Amigo:

¿Cómo estás?, te escribo esta carta porque quiero decirte que te amo, y me gustaría tener una relación más cercana contigo. De más está que te pregunte como estás, porque estoy pendiente de ti cada minuto, y hasta ese último pensamiento que tantas veces te desvela, lo conozco.

Te noto a veces tan distante de mí, que he sentido miedo de perderte para siempre. Ayer te vi muy triste y quise arrancar de ti esa angustia, lo grité a los cuatro vientos pero no me buscaste. Te vi ayer hablando con tus amigos, te vi comer fuera de hora, y recorrí contigo la calle de tu casa, quise mirar con tus ojos eso que guardas y que te provoca tanta nostalgia, y quise que tú me escucharas pero no lo hiciste, y así esperé todo el día.

Al llegar la noche te di una hermosa puesta de sol para cerrar tu día, y una suave brisa para tu descanso. Después de un día tan agitado, esperé, pero nunca viniste. Te vi dormir anoche y quise tocar tu frente, envié rayos de luna que se reflejaron en tu casa para ver si te despertabas conmigo, pero seguías en tu sueño.

Quiero compartir contigo tantas cosas, pero no me dejas. En la mañana era tarde y te fuiste apresurado sin ni siquiera sospechar lo importante que eres para mí. Te amo y trato de decírtelo por medio del cielo azul, de la lluvia.... y mi voz se pierde como un eco detrás de tus pensamientos.

Te hablo al oído a través de las hojas de los árboles y el olor de las flores, te grito en los riachuelos de la montaña, doy a los pajaritos canto de amor solo para ti. Te visto con el calor del sol y te perfumo el aire con el aroma de la naturaleza. Me escucharás cuando hagas silencio en tu interior, te intento guiar moviendo en ti buenos deseos, déjate llevar por ellos. No estoy en el más allá... estoy en tus pensamientos! Regálale una mirada de amor a todo el que te rodea y me descubrirás a cada instante.

Hoy busqué alguien que me prestó sus manos y esta hoja de papel para escribirte, en lo adelante escribiré en tu corazón si me lo permites, solo dime Si... yo se que es duro vivir en este mundo, realmente lo se, pero si confías en mi, a partir de hoy tendrás nuevas fuerzas. Habla conmigo, desahoga tus angustias y ansiedades que yo siempre tengo tiempo para ti, cuéntamelo todo, llora si quieres, soplaré tus lágrimas para acariciar tu rostro.

Llámame a cualquier hora del día o de la noche, que yo nunca duermo, y siempre te responderé. Si puedes caminar y mirar con amor el universo, con humildad tu rostro en el espejo, con ternura aquel que te sonríe, con misericordia aquel que te pide compasión, y con perdón aquel que te hizo llorar... mi voz serán tus pensamientos!... Que no sea largo el camino que habré de recorrer tras de tí.


Tu amigo fiel, JESÚS


Las quejas de Jesús


Yo soy el camino y no me buscas.
Yo soy la verdad y no me crees.
Yo soy la vida y pareces muerto.
Yo soy tú redentor y se te olvida.
Soy tu salvador y me rechasas.
Soy misericordioso y siempre abusas.
Soy tú guía y no me sigues.
Soy justo y desconfías.
Soy amor y me persigues.
Soy luz y no me miras.

Me dices maestro y nunca aprendes.
Me dices pastor y no me oyes.
Me dices Señor y no me obedeces.
Me dices Rey y de mi te burlas.
Me llamas eterno y no me esperas.
Me llamas bueno y no me estimas.
Me llamas Santo y no me imitas.
Me llamas amigo y me traicionas.
Me llamas dueño y no me sirves.
Me llamas rico y no me pides.

Te di inteligencia y tu no me entiendes.
Te di voluntad y me resistes.
Te perdono y más me ofendes.
Te espero y nunca llegas.
Te ayudo y me criticas.
Te cuido y no agradeces.
Te hablo y no me escuchas.
Te pido y no me das.
Te doy y exiges más.
Te hago fuerte y te doblegas.
Te hago poderoso y esclavizas.
Te hago rico y te corrompes.
Te hago pobre y me maldices.
Te hago sabio y me desprecias.
Te hago importante y me denigras.
Te hago sano y te envileces.
Te hago mi hijo y no me honras.
En fin, Soy tu Dios y no me temes.

Dime hijo mío que más quieres que haga por ti, tuya es mi Gloria si la quieres, si eres desdichado no me culpes por que he venido a darte todo esto y en abundancia…!!


TUYA ES MI GLORIA “PERO SOLO LOS VALIENTES LLEGAN A ELLA, RECUERDA QUE SOLO LOS VALIENTES ARREBATAN EL REYNO DE LOS CIELOS”


¿Y TU ERES UN VALIENTE…?

sábado, 10 de septiembre de 2016

Mensaje de Jesús


¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?

Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor....

Cuando te abandones en mí todo se resolverá con tranquilidad, según mis designios....

No te desesperes, No me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.....

Cierra los ojos del alma y dime con calma: JESÚS, YO EN TI CONFIÓ.

Evita las preocupaciones y angustias y lo que pueda suceder después.

No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas.

Déjame ser DIOS y actuar con libertad.

Abandónate confiadamente en mí.

Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.

Dime frecuentemente: JESÚS, YO EN TI CONFIÓ.

Lo que mas daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera...

Cuando me dices: JESÚS, YO EN TI CONFIÓ, no seas como el paciente que le pide al medico que le cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.

Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. YO TE AMO...

Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración sigue confiando...

Cierra los ojos del alma y confía.

Continúa diciéndome a toda hora: JESÚS, YO EN TI CONFIÓ.

Necesito las manos libres para poder obrar.

No me ates con tus preocupaciones inútiles....

Confía solo en mí, abandónate en mí...

No te preocupes, hecha en mí tus angustias y duerme tranquilamente.

Dime siempre: JESÚS, YO EN TI CONFIÓ, y veras grandes milagros...

Ahora que haz leído este mensaje, envíalo a todas las personas que consideres tus amigos...

Si no lo haces, simplemente ellos se perderán la bendición de que les recuerden algo tan importante...

No tendrás mala suerte, porque la suerte no es algo ordenado por DIOS, simplemente habrás dejado de compartir algo REALMENTE IMPORTANTE CON LAS PERSONAS A LAS QUE QUIERES...


El testamento de Cristo


Yo, Jesús de Nazareth, viendo próxima mi hora y estando en posesión de plenas facultades para firmar este documento, deseo repartir mis bienes entre las personas más cercanas a Mí. Siendo entregado como cordero para la salvación de la Humanidad, creo conveniente repartir mis bienes entre todos. Y así os dejo todas las cosas que desde mi nacimiento han estado presentes en mi vida y la han marcado de un modo significativo:

- La estrella de Belén, a los que están desorientados y necesitan ver claro para seguir adelante, y a todo aquel que desee ser guiado y/o servir de guía.

- El pesebre, a los que no tienen nada, ni siquiera un sitio para cobijarse o un fuego donde calentarse y poder hablar con un amigo.

- Mis sandalias, que son vuestras sandalias, las de los que desean emprender un camino, las de quienes están dispuestos a estar siempre en camino.

- La palangana donde he lavado los pies a mis discípulos, a quien quiera servir, a quien desee ser pequeño ante los hombres, pues será grande a los ojos de mi Padre.

- El plato donde voy a partir el pan: es para los que vivan en fraternidad, para los que estén dispuestos a amar, ante todo y a todos.

- El cáliz, lo dejo a quienes están sedientos de un mundo mejor y una sociedad más justa.

- La cruz es para todo aquel que esté dispuesto a cargar con ella.

- Mi túnica a todo aquel que la divida y la reparta.


También quiero dejar como legado a la Humanidad entera, las actitudes que han guiado mi Vida, actitudes que quiero que guíen también la vuestra.

- Mi Palabra y la enseñanza que me confió mi Padre, a todo el que la escucha y la pone en práctica.

- La alegría a todos los que deseen compartirla.

- La humildad, para quien esté dispuesto a trabajar por la expansión del Reino de los Cielos.

- Mi hombro, a todo aquél que necesite un amigo en quien reclinar la cabeza, y al abatido por el cansancio del camino, para que puedan descansar y recobrar fuerzas para seguir caminando.

- Mi perdón, es para todos los arrepentidos, para todos los que día tras día, pecado tras pecado, sepan volver al Padre a través del Sacramento de la Confesión.

- Mi Amor... mi Amor es para todos, buenos y malos, justos e injustos, para todos los hombres sin ningún tipo de distinción. Eso sí, siento especial predilección por los más débiles.


También os dejo a mi queridísima Madre, la Virgen María, que ahora es también vuestra madre.

Todo esto y aún más quisiera dejaros, pero sobre todo es mi Vida lo que os ofrezco. Soy Yo mismo quien me quedo con vosotros en la Hostia Consagrada para seguir caminando a vuestro lado, compartiendo vuestras preocupaciones y problemas, vuestras alegrías y gozos. Podéis venirme a visitar cuando queráis; os espero en el Sagrario.

Yo soy el Camino: os invito a que sigáis siempre el camino correcto, ayudando también a los demás a encontrarlo.

Yo soy la Verdad: os invito a que seáis siempre sinceros y que os mantengáis unidos amando de verdad al prójimo como a vosotros mismos.

Yo soy la Vida: os invito a que hagáis la vida agradable a los demás a pesar de las adversidades.

Yo os he amado hasta el extremo y os llevaré siempre en mi Corazón.


Jesús