En un día casual un hombre estaba observando el trabajo que hacen las hormiguitas, cuando de repente al observar se percató de una hormiga en particular que atrajo su atención. Era negra y de tamaño mediano, llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras. Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito. Con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así se construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes. La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje.
De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino.
Reflexión:
Cuando sientas que no puedes tu carga, hay que recordar que nuestras cargas estarán siempre para ayudar a superarnos.
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