viernes, 31 de marzo de 2017

La Casa Imperfecta



Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo -dijo-. Es un regalo para ti".

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido!



Reflexión:

¿qué os sugiere éste cuento? A veces construimos nuestras vidas de manera distraída, sin poner lo mejor de nosotros. La rutina nos envuelve y pasamos "por encima" de las cosas día a día. Muchas veces, hacemos el esfuerzo mínimo o no prestamos la atención necesaria.. entonces, de repente un día, vemos la situación que hemos creado y descubrimos que las cosas andan torcidas..como la casa imperfecta. Sí lo hubiéramos notado antes, lo habríamos hecho diferente ¿alguna vez os ha pasado?

Sería genial conseguir actuar siempre como si estuviésemos "construyendo nuestra casa".

La vida es como un proyecto de "hágalo-usted-mismo". Tu vida, ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. Podemos hacer reformas y restaurar nuestra casa ¡Tu vida de mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones de hoy! No podemos cambiar el pasado.. pero podemos aprender de él y construir en nuestro presente un mejor futuro.


El árbol confundido





Había una vez, en algún lugar y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era."

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. "¿Ves que fácil es?"

No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?"

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: "No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas... Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior." Y dicho esto, el búho desapareció.

¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió... Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

"Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje...

Tienes una misión "Cúmplela".

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Sólo nosotros podemos saber quiénes somos...

jueves, 30 de marzo de 2017

Hoy me envió flores





No es mi cumpleaños o ningún otro día especial; tuvimos nuestro primer disgusto anoche, y él dijo muchas cosas crueles, que en verdad me ofendieron. Pero sé que está arrepentido y no las dijo en serio, porque él me mandó flores hoy.

No es nuestro aniversario o ningún otro día especial; anoche me lanzó contra la pared y comenzó a ahorcarme. Parecía una pesadilla, pero de las pesadillas despiertas y sabes que no es real; me levanté esta mañana adolorida y con golpes en todos lados, pero yo sé que está arrepentido; porque él me mandó flores hoy.

Y no es día de San Valentín o ningún otro día especial; anoche me golpeó y amenazó con matarme; ni el maquillaje o las mangas largas podían esconder las cortadas y golpes que me ocasionó esta vez. No pude ir al trabajo hoy, porque no quería que se dieran cuenta. Pero yo sé que está arrepentido; porque él me mandó flores.

Y no era el día de las madres o ningún otro día especial; anoche él volvió a golpearme, pero esta vez fue mucho peor. Pero si logro dejarlo, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo podría yo sola sacar adelante a los niños?, ¿qué pasará si nos falta el dinero? Le tengo tanto miedo, dependo tanto de él, que temo dejarlo. Pero yo sé que está arrepentido, porque él me mandó flores hoy.


Hoy es un día muy especial: Es el día de mi funeral. Anoche por fin logró matarme. Me golpeó hasta morir. Si por lo menos hubiera tenido el valor y la fortaleza de dejarlo; Si hubiera leído el miedo en los ojos de mis hijos, si hubiera aceptado ayuda profesional.


Hoy no hubiera recibido flores!


Mi cristo roto



Sucedió hace poco...en una tarde lluviosa me encontraba haciendo reflexiones sobre el amor. Sin quererlo mis ojos se posaron en la fotografía de mi gran amor. ¡Después en el crucifijo que tenía colgado muy cerca de mí... roto!. Inevitablemente recordé aquel día cuando cegado por la ira, lo destrocé.

Fueron tantas veces que le pedí al Cristo que me miraba, que aquella mujer fuera buena, que me amara como yo la amaba, que fuera mía para siempre y así, se cumplieran mis ilusiones. Pero un día... un amargo día, con la esperanza de volcar en ella mi amor, la sorprendí en brazos de mi mejor amigo. Corrí desesperado, no sé cómo llegué a mi casa, comencé a gritar y a destrozar todo, cuando llegué al Cristo, lo tomé con furia, lo arrojé al suelo, diciendo: ¡Tú tienes la culpa!, tantas veces te pedí que me permitieras conocer el verdadero amor, ¡mírame ahora con el alma rota!

No sé si fue un milagro, un sueño, o no sé qué, el caso es de que aquel Cristo moribundo y roto brotaron estas palabras: "Hijo mío, ahora más que nunca te amo, porque estás tan indefenso, tan débil, confundido. ¡La prueba es grande pero mi amor por ti es más!. Morí en la cruz por aquellos que como tú, son como la nube. Sigue mis pasos, entre más sufras, mayor será tu recompensa. .."

Comencé a temblar, me arrodillé, tomé al Cristo roto entre mis manos y lloré como niño. ¡Perdóname Díos mío, perdóname! Una luz intensa brilló, me desvanecí, al despertar, me di cuenta que todo lo que había tirado estaba en su lugar; en la pared aquel Cristo roto que me miraba y sonreía con dulzura.

Hoy ha pasado el tiempo, es verdad, Cristo borró de mi mente la amargura y el deseo de venganza. He vuelto a creer en el amor, y cuando siento debilidad, mi Cristo roto me consuela, lo contemplo y le digo:


¡Gracias Señor!




El abrazo de oso




Alberto era un hombre joven cuyo hijo había nacido recientemente y era la primera vez que sentía la experiencia de ser papá.En su corazón reinaba la alegría y los sentimientos de amor que brotaban a raudales dentro de su ser.

Un buen día le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir del nacimiento de su bebé todo lo veía hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.

Así fue que decidió ir a un bosque; quería oír el canto de los pájaros y disfrutar toda la belleza. Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares, cuando de repente vio posada en una rama a un águila, el cual desde el primer instante lo sorprendió por la belleza de su plumaje.

El águila también había tenido la alegría de recibir a sus polluelos y tenía como objetivo llegar hasta el río más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar y formar a sus aguiluchos, era enfrentar los retos que la vida ofrece al cumplircon la misión encomendada; era su único objetivo.

El águila al notar la presencia de Alberto lo miró fíjamente y le preguntó:

"¿A dónde te diriges buen hombre?, veo en tus ojos la alegría"; por lo que Alberto le contestó: "Es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco confundido ".

El águila insistió: Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?, Alberto le contestó: "Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré decomer y jamás permitiré que pase frío. Yo me encargaré de que tenga todo lo que necesite, y día con día yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo;lo defenderé de los enemigos que pueda tener y nunca dejaré que pase situaciones difíciles".

"No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que éso suceda, porque para eso estoy aquí, para que él nunca se esfuerce por nada", y para finalizar agregó: "Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe".

El águila no salía de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que había oído. Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje,lo miró fijamente y dijo:

Escúchame bien buen hombre. Cuando recibí el mandato de la naturaleza para empollar a mis hijos, también recibí el mandato de construir mi nido, un nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué?, porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún día, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido.

Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio esfuerzo y aspiración para conquistarlo, con todo y sus montañas, sus ríos llenos de peces y praderas llenas de conejos. Si yo los abrazara como un oso, reprimiría sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruiría irremisiblemente su individualidad y haría de ellos individuos indolentes, sin ánimo de luchar, ni alegría de vivir. Tarde que temprano lloraría mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridículos representantes de su especie me llenaría de remordimiento y gran vergüenza, pues tendría que cosechar la impertinencia de mis actos, viendo a mi descendencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas.

" Yo, amigo mío", dijo el águila, "podría jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de entender su juventud, pero no participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que abusen de mí en aras de este amor que les profeso".

El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguía confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte.

Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.

Alberto, reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo sólo sería por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera. A partir de ese día Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.



Cuando otro actúa de esa manera


Cuando otro actúa de esa manera, decimos que tiene mal genio; pero cuando tú lo haces, son los nervios.

Cuando el otro se apega a sus métodos, es obstinado; pero cuando tú lo haces, es firme.

Cuando el otro no le gusta tu amigo, tiene prejuicios; pero cuando a ti no te gusta su amigo, sencillamente muestras ser un buen juez de la naturaleza humana.

Cuando el otro hace las cosas con calma, es una tortuga: pero cuando tú lo haces despacio es porque te gusta pensar las cosas.

Cuando el otro gasta mucho, es un despilfarro; pero cuando tú lo haces, eres generoso.

Cuando el otro encuentra defectos en las cosas, es maniático; pero cuando tú lo haces, es porque sabes discernir.

Cuando el otro tiene modales suaves, es débil; cuando tú lo haces, eres cortés.

Cuando el otro rompe algo, es torpe; cuando tú lo haces, eres enérgico.

¿Por qué te fijas en la astilla que tiene en el ojo tu hermano/a, en tu madre/padre, en tu esposa/o, en tu hijo/a en tu prójimo y no te fijas en la viga que tienes en el tuyo?

Veamos las virtudes de los demás, y dejemos de juzgar, que conforme a nuestro juicio seremos juzgados. Cada uno de nosotros tiene mil cosas que hacer, y poseemos bienes materiales, algunos más que otros.

Sin embargo, cuando llegamos delante de Dios; ¿De qué nos sirven? ¿Podemos acaso impresionar a Dios con nuestros bienes?.

Lo mejor que le podemos ofrecer a Dios es nuestra vida, nuestros pensamientos y corazones. De esa forma, agradaremos a Dios, pues ¿qué le podemos ofrecer a Dios que Él no pueda tener? Solamente aquello que nos dio la libertad de entregarle o no: ¡nuestras vidas!

El día de hoy Dios quiere mostrarnos lo que realmente vale para Él, y que es lo único necesario para agradarle.

¿Quieres agradar a Dios? ¡Date tú mismo en este día y entrégale tu corazón! Para Él es el mayor tesoro.

El náufrago


El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.

Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias.

Un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, regresó a casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido... lo había perdido todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia.

"Dios: cómo me pudiste hacer esto a mi!" se lamentó.

Temprano al día siguiente, sin embargo, fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Había venido a rescatarlo.

¿Cómo supieron que estaba aquí?, preguntó el cansado hombre a sus salvadores.

"Vimos su señal de humo", contestaron ellos.

Es fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Pero no debemos desanimarnos, porque Dios trabaja en nuestras vidas, aún en medio del dolor, la incertidumbre y el sufrimiento.

¡Ten fe! Dios está contigo y te ayudará a salir adelante.

miércoles, 29 de marzo de 2017

El Noble y el Granjero


Fleming, y era un granjero escocés pobre. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano. Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, entró hasta la cintura en el estiércol húmedo negro. Se trataba de un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte. Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja. Un noble elegantemente vestido salió y se le presentó como el padre del muchacho que el granjero Fleming había ayudado.

-"Yo quiero recompensarle", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo."

-"No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice," contestó el granjero escocés . En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la familia de la cabaña. "¿Es su hijo?" el noble preguntó.

-"Sí," el granjero contestó orgullosamente.

- "Le propongo un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos".

Y el granjero aceptó. El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y con el tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital en Londres, y siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.

Winston ChurchillAños después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano estaba enfermo de pulmonía. ¿Qué salvó su vida esta vez? La penicilina.


¿El nombre del noble? Sir Randolph Churchill.

¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Alguien dijo una vez: Lo que va, regresa.



Trabaja como si no necesitaras el dinero.

Ama como si nunca hubieses sido herido.

Baila como si nadie estuviera mirando.

Canta como si nadie escuchara.

Vive como si fuera el Cielo en la Tierra.

Nada pasará si no lo haces. Pero si lo haces, alguien sonreirá gracias a ti.

Haz el bien y no mires a quién.

Vitaminas para el alma



Cuando las horas de desaliento te invadan el alma, y las lágrimas afloren en tus ojos, búscame: YO SOY AQUÉL que sabe consolarte y pronto detiene tus lágrimas.

Cuando desaparezca tu ánimo para luchar en las dificultades de la vida, o sientas que estas pronto a desfallecer, llámame: YO SOY LA FUERZA capaz de remover las piedras de tu camino y sobreponerte a las adversidades del mundo.

Cuando, sin clemencia, te encontraras sin donde reclinar tu cabeza, corre junto a mi: YO SOY EL REFUGIO, en cuyo seno encontrarás guarida para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.

Cuando te falte la calma, en momentos de gran aflicción, y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu, invócame: YO SOY LA PACIENCIA que te ayudará a vencer las dificultades más dolorosas y triunfar en las situaciones más difíciles.

Cuando te debatas en los misterios de la vida y tengas el alma golpeada por los obstáculos del camino, grita por mí: YO SOY EL BÁLSAMO que cicatrizará tus heridas y aliviará tus padecimientos.

Cuando el mundo sólo te haga falsas promesas y creas que ya nadie puede inspirarte confianza, ven a mí: YO SOY LA SINCERIDAD, que sabe corresponder a la franqueza de tus actitudes y a la nobleza de tus ideas.

Cuando la tristeza o la melancolía intenten albergarse en tu corazón, clama por mí: YO SOY LA ALEGRÍA que te infunde un aliento nuevo y te hará conocer los encantos de tu mundo interior.

Cuando, uno a uno, se destruyan tus ideales más bellos y te sientas desesperado, apela a mí: YO SOY LA ESPERANZA que te robustece la Fe.

Cuando la impiedad te revele las faltas y la dureza del corazón humano, aclámame: YO SOY EL PERDÓN, que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu alma.

Cuando dudes de todo, hasta de tus propias convicciones, y el escepticismo te aborde el alma, recurre a mí: YO SOY LA FE que te inunda de luz y de entendimiento para que alcances la FELICIDAD.

Cuando ya nadie te tienda una mano tierna y sincera y te desilusiones de los sentimientos de tus semejantes, aproxímate a mí: YO SOY LA RENUNCIA que te enseñará a entender la ingratitud de los hombres y la incomprensión del mundo.

Y cuando al fin, quieras saber quién soy, pregúntale al río que murmura, al pájaro que canta, a las estrellas que titilan. YO SOY LA DINÁMICA DE LA VIDA, Y LA ARMONÍA DE LA NATURALEZA.

ME LLAMO AMOR. SOY EL REMEDIO PARA TODOS LOS MALES QUE ATORMENTEN TU ESPÍRITU.

Ven a mí... que yo te llevaré a las serenas mansiones del infinito... bajo las luces brillantes de la eternidad...


Jesucristo

martes, 28 de marzo de 2017

Aguas Mansas



Que tus palabras sean como aguas mansas pero en constante movimiento, que con paciencia se van abriendo camino.

Que sean una bendición para los campos áridos, que sean dadoras de vida para todas las plantas que se nutran de tus palabras convertidas en agua.

Que con dulzura se introduzcan en la vida de los sedientos, que necesitan de un trago para seguir viviendo, no te fijes quien se aprovecha de ellas, simplemente fluye.

Las palabras pueden ser una poesía, una frase célebre, un consejo, un cuento, una felicitación, una reflexión, incluso hasta un chiste, sin embargo deben seguir un cauce de amor para que llegue a todos.

Tus palabras pueden ser también en un momento dado, como las aguas que bajan con fuerza, velocidad y en grandes cantidades, destructivas y mortales, pues a su paso se desbordan y ahogan.

Esta diferencia la marca los sentimientos que nos embargan en el momento que las emitimos, de cada uno depende que nuestras palabras den vida o por el contrario destruyan y asesinen.

Transformémonos igual que el agua, que nuestras palabras y pensamientos cuando no sean positivos se conviertan en hielo, y queden mudas y estáticas.

Que cuando sean para compartir, estas sean líquido que se usa para conservar y crear la vida.

Y que sean vapor cuando queramos que estas lleguen a las alturas, para que el Buen Dios, las distribuya más sabiamente, en forma de lluvia, a todos sin distinción.

Benditas sean todas las palabras de amor, que de ti procedan, pues eso demuestra que tu corazón está en buenas manos...

Cuando me quejo


Hoy, en un ómnibus,

ví una chica con cabello dorado

y deseé ser tan rubia como ella.

Cuando de pronto se levantó para irse

ví que cojeaba por el pasillo,

Tenía una sola pierna y usaba muleta

Pero cuando pasó, sonreía.



Oh, Dios, perdóname cuando me quejo,

Tengo dos piernas, el mundo es mío.

Me detuve para comprar caramelos,

El muchacho que los vendía era tan encantador,

Conversé con él, parecía tan contento,

Si llegaba tarde no me preocupaba.

Y mientras me iba, dijo

"Gracias, has sido tan amable,

Es lindo conversar con gente como tú, sabes, soy ciego".

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.

Tengo dos ojos, el mundo es mío.



Más tarde, cuando iba caminando por la calle

Vi un chico de ojos azules,

Se paró y miraba a otros jugar,

No sabía qué hacer.

Me detuve un momento y luego dije:

"¿Por qué no te unes a los otros, querido?"

Siguió mirando hacia delante sin decir ni una palabra.

Entonces me dí cuenta que no podía oír.

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo

Tengo dos oídos, el mundo es mío.



Con pies que me llevan a donde quiero ir.

Con ojos para ver el brillo del sol.

Con oídos para oír lo que sé.

Oh, Dios, perdóname cuando me quejo.

En verdad he sido bendecido, el mundo es mío.



¡¡¡¡ Este poema es sólo para recordar lo mucho que tenemos que agradecer !!!!

Da lo mejor al mundo y lo mejor volverá a ti.